Punta de Arenas....
Me tomo
unos segundos antes de entrar al mar, veo a mi alrededor una hermosa playa con
un color azul espectacular que te quedas enamorada, me dijo Margarita te veo y
te quiero conocer mas, me haz dejado enamorada, respire profundo y fui dando
paso firmes hacia el mar un rico champuzon
de bastante tiempo ya que necesario para
pasar el calor, bajar el recalentamiento del cuerpo con el sol fuerte bajo
nosotros.
Llegamos a la casa para descansar de un dia
espectacular pero algo ajetreado, darnos unos baños de ducha fría comer u relajarnos, hacer una mini
celebración ya que quedamos satisfecho de esta Hermosa Isla, y aunque no nos
queríamos devolver decidimos en lo que nos montamos en el avión de regreso, que
deberíamos en cualquiero momento y hacer otros recorridos, conocer otros
lugares mas hermosos de esta hermosa Isla.




Punta Arenas Está en el extremo de Macanao, bastante lejos de Porlamar
(como una hora), pero el viaje vale la pena, especialmente si se combina con
una visita al Museo
Marino. se llama así
por que tiene una punta que es el extremo Suroeste de la isla de Margarita y de
cada lado hay una playa. La de la izquierda (cuando se mira al mar) corresponde
al lado Sur y tiene un pueblo de pescadores y facilidades para la playa (toldos
y comida), la de la derecha está un poco más apartada y tiene dos restaurantes
donde se puede comer muy bien
La camionetica nos dejo en la Parada (La cual no
recuerdo) y nos dijeron que por la calle del frente pasaban unos jeeps que nos
dejaban en la entrada de Punta de Arena, en visto de que el jeeps nada que
apsaba y el tiempo corria decidimos
irnos caminando poco a poco mientras pasara el jeep, dándole paso a paso y tranquilo tomando agua para hidratarnos, fuimos caminando un callejón
bien largo y parecía un desierto, puro monte seco y grama seca, todo tipo de
piedras, tomabamos unos descanso de cómo
5 minuto y seguíamos caminando, a la
mitad del camino paso un Sr pescadero que iba con camioneta y nos dejo
montarnos en la parte de atrás para dejarnos en la entrada de Punta Arena, nos bajamos y damos unos cuantos pasos para
buscar unos toldos dejar las cosas y darnos un buen baño de playa necesaria.

Despues de un merecido desayuno y un descanso
procedimos a caminar la punta, explorarla seguir viendo ese azul espectacular,
esa olas suaves, darte un champuzon o sentarte en la orilla a respirar aire
fresco y tener contacto con las olas y
la arena, una experiencia muy satisfactoria y tranquila.
Dejando que el atardecer ocurra despacio, que
el cansancio caiga en el cuerpo, que el suspiro acertado llegue y se sepa que
ver el mar y tener los pies llenos de arena es como agua clara pa’l corazón.
Cuando ya toca dar la vuelta, el cerro de Macanao se
ve en toda su amplitud. Dicen los margariteños que si logran ver la silueta del
indio acostado en esa montaña, entonces es que Macanao les está dando la
bienvenida.





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